En la mañana de este jueves, el Papa Francisco recibió en audiencia a los participantes del Capítulo General de la Congregación los Misioneros de Mariannhill, a quienes habló de la importancia de la escucha al Espíritu Santo.
El Santo Padre habló a los presentes acerca de la Sinodalidad, lo que definió como “el camino eclesial que pretende favorecer la comunión, la participación y el compromiso misionero de todos los bautizados”.
Según explicó el Pontífice, esto se logrará “a través de un proceso de discernimiento espiritual centrado en el encuentro, la escucha y la reflexión, para llegar a una apertura cada vez mayor a la novedad del Espíritu y a sus impulsos”.
Por ello, el Papa Francisco les animó a cultivar “una constante conversión pastoral, que puede expresarse en todas las dimensiones de la vida y la actividad de vuestra Congregación, desde la formación sacerdotal y espiritual de los laicos hasta la planificación concreta de los proyectos apostólicos”.
En este sentido, explicó que “si la sinodalidad a la que está llamada la Iglesia en nuestro tiempo implica caminar juntos y escuchar juntos, seguramente la primera voz que debemos escuchar debe ser la del Espíritu Santo”.
“Hoy, como siempre, se necesita el agua del Espíritu Santo, no sólo para hacer florecer el trabajo de nuestras manos, sino sobre todo para ablandar la dura tierra de nuestros corazones”, defendió el Papa.
Por último, el Santo Padre dijo “nada de corazones duros, nada de cerrazones: con la caridad cercana y la palabra suave, que hace el Espíritu cuando trabaja en un corazón”.