Una multitud de fieles acompañó la imagen desde la Capilla del Colegio Nuestra Señora de la Misericordia, donde el joven Bergoglio celebró su primera misa, hasta la Basílica de San José.
El papa Francisco donó a la Basílica de San José de Flores la imagen de San José dormido que desde hace años utiliza para depositar sus intenciones más difíciles, confiando al santo una feliz solución. Así quiso celebrar junto a su primera comunidad los diez años de su pontificado.
La imagen fue trasladada, en una emotiva peregrinación, desde la Capilla del Colegio Nuestra Señora de la Misericordia, (Av. Directorio 2138) donde el joven Bergoglio recibió su primera comunión, su confirmación y celebró su primera misa. Una multitud de fieles y jóvenes del barrio porteño, acompañaron la imagen entre cantos y momentos de oración hasta la Basílica de San José.
El obispo auxiliar de Buenos Aires y vicario episcopal para la pastoral en barrios populares, monseñor Gustavo Oscar Carrara presidió la misa en la basílica, que tuvo lugar el pasado sábado 18 de marzo. Concelebraron el párroco, presbítero Martin Bourdieu y otros sacerdotes presentes.
En su homilía monseñor Carrara destacó la importancia de cuidar “los sueños de los más frágiles”, y tras la celebración eucarística invitó a los fieles que colmaban el templo a que se acercaran al San José durmiente para dejar sus intenciones bajo la imagen, repitiendo el gesto que el Papa realiza en su intimidad.
“Acabamos de vivir una noche histórica”, reflexionó el párroco antes de la bendición final. “Que lindo que este se convierta en el santuario de los sueños”, exhortó.
Por su parte el pontífice agradeció en un llamado a la Basílica de San José de Flores por la difusión de esta devoción y pidió a los sacerdotes y fieles que no dejen de rezar por él a San José.
Al día siguiente, domingo 19 de marzo, solemnidad de San José, el arzobispo de Buenos Aires, cardenal Mario Aurelio Poli descubrió y bendijo en el atrio de la basílica una placa de mármol a modo de homenaje al papa Francisco.
