Cada 27 de junio se celebra la Fiesta de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, advocación mariana extendida por todo el mundo, cuyos orígenes nos remiten a los inicios del primer milenio. Se trata de una devoción particular a la Virgen María, la Madre de Dios, que se hace presente siempre que uno de sus hijos sufre un dolor profundo, una emergencia, una catástrofe, una tentación, un peligro inminente, una enfermedad grave. María, como Madre Inmaculada, nunca se cansa de brindar auxilio y consuelo cuando acudimos a Ella.
Socorro perpetuo
La Virgen del Perpetuo Socorro posee innumerables patronazgos, repartidos en diversos países, pero es considerada, de manera especial, patrona de los miembros de la Congregación del Santísimo Redentor, cuyos miembros son conocidos como redentoristas. Ellos velan por la difusión de esta hermosa advocación y por el bien espiritual de sus devotos.
Nuestra Señora del Perpetuo Socorro es un ícono (imagen) de la Virgen María cuyo original se conserva hasta el día de hoy en el altar mayor de la Iglesia de San Alfonso del Esquilino en la ciudad de Roma (Italia).
La imagen del “Perpetuo Socorro” recuerda los cuidados maternales que tuvo la Virgen María hacia su Hijo Jesús, prolongados desde que fue concebido por el Espíritu Santo hasta su muerte en la cruz. En virtud del ejercicio de tan preciosa maternidad, hoy, la Madre de Dios ejerce los mismos cuidados espirituales sobre nosotros sus hijos.