El pontífice llamó a los jóvenes a tomar medidas para “ayudar a salvar el medio ambiente”.
En este sentido, les dijo que su mayor aspiración no debe ser entrar en entornos educativos de élite, donde solo pueden acceder los que tienen mucho dinero: “Más bien hay que valorar aquellas realidades que combinan la calidad educativa con el servicio a los demás, sabiendo que la finalidad de la educación es el crecimiento de la persona orientado al bien común”.
“Son estas experiencias de solidaridad – puntualizó el Papa – las que cambiarán el mundo, no las experiencias “exclusivas” (y excluyentes) de las escuelas de élite. Excelencia sí, pero para todos, no solo para algunos”, insistió.
En su mensaje, el pontífice le remarcó a los jóvenes que “mientras las generaciones anteriores hablaban mucho y concluían poco, ustedes, en cambio, son capaces de tomar iniciativas concretas”.